Con motivo de la reciente celebración del 2 de mayo, día de la Comunidad de Madrid, queremos hablar de la épica y heroica defensa del Parque de Artillería de Monteleón o Cuartel de Monteleón, uno de los momentos clave durante la invasión napoleónica.
Con el fin de ponernos en contexto, debemos remontarnos a 1807 con la alianza entre España y Francia. Napoleón pretendía conquistar Portugal, así pues propuso a Godoy (valido de Carlos IV), en el Tratado de Fontainebleau, un acuerdo: repartirse Portugal. Esto permitía al ejército francés cruzar España de extremo a extremo. Sin embargo, los planes de Napoleón eran otros y no todos los soldados llegaron al país vecino, pues muchos se quedaron en localidades españolas.
Finalmente, el pueblo de Madrid, agotada su paciencia y harto de las tropelías francesas, pues Napoleón quería trasladar fuera de Madrid a un miembro de la familia real, el 2 de mayo de 1808 estalla el motín que dio el pistoletazo de salida a la Guerra de la Independencia contra Francia.
En la Plaza del Dos de Mayo se ubicaba el Parque de Artillería de Monteleón, donde tuvo lugar uno de los episodios épicos del 2 de mayo. Aquí se reunieron unos centenares de civiles y 60 militares españoles y el destino quiso que en Madrid estuvieran los militares Luis Daoíz (al mando del Cuartel de Monteleón) y Pedro Velarde (con un hueco entre las altas esferas del Estado Mayor del Cuerpo de Artillería).
Contrariamente a las órdenes del gobierno de no enfrentarse a los franceses, se pusieron de parte del pueblo, que armados con lo que podían (palos, piedras, navajas, etc.), opusieron resistencia a los soldados franceses.
Lo primero era liberar el Parque de Artillería de Monteleón, custodiado por 80 soldados franceses. Velarde consiguió tomarlo engañando a los franceses, abriéndose la puertas para armar a la gente que allí había. Se sucedieron los combates y asaltos. Tras las primeras victorias españolas, las tornas se volvieron a favor de los franceses, pero un golpe de suerte hizo reaccionar a los madrileños, ganando la batalla.
Sin embargo, el asalto definitivo del francés Murat devastó a los españoles, que se vieron sobrepasados. A Daoíz le alcanzó una bayoneta y fue acribillado a estocadas y a Velarde le dispararon a quemarropa. Todo acabó. Ambos fueron enterrados juntos.
No queremos terminar sin mencionar a otras personas importantes de ese 2 de mayo de 1808, como son Manuela Malasaña y Clara del Rey, que estuvieron en las revueltas populares y son heroínas de Madrid. Actualmente y por desgracia, el cuartel ya no existe, pero, al menos, se puede ver una placa conmemorativa en la Plaza del Dos de Mayo y una escultura de Daoíz y Velarde, bajo el arco de lo que era la entrada al cuartel. Una visita prácticamente obligada para recordar lo ocurrido a principios del siglo XIX y que fue tan importante para el desarrollo de la historia.