Plaza de Olavide

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Es una plaza especial, con encanto, muy castiza, alejada de todo el jaleo que suponen miles de visitantes y la encontraremos en el distrito de Chamberí, en el barrio de Trafalgar. Es poco conocida pero que merece la pena visitarla. Su nombre original es el mismo, debido a Pablo de Olavide, notable escritor, traductor, jurista y político español, miembro de la Orden de Santiago, que vivió en el siglo XVII. Sin embargo, en 1850 se cambió el nombre a Plaza de la Princesa y, más tarde, a Plaza Industrial, volviendo a llamarse Plaza de Olavide en 1874, al inicio de la Restauración.

Es una más de las plazas que se han modificado varias veces a lo largo de su historia, con la curiosidad de que, en este caso, siempre ha sido una plaza, no como otras de los siglos XIX y XX, que se levantaron sobre terrenos en los que antes había conventos o mercados.

En el siglo XVII, Olavide era un arrabal a las afueras de la muralla que cerraba Madrid, en la época de Felipe IV. Aquí vivían las personas que llegaban a la ciudad buscando trabajo y que no podían permitirse vivir intramuros. En torno a 1860, se había creado una pequeña población, fundamentalmente en torno a lo que es la Plaza de Olavide, por tener una fuente (que no es la actual), que abastecía de agua a los nuevos inquilinos (personas y animales). En 1868, se echó abajo la muralla y, en este mismo año, se le denominó Plaza de Olavide, a propuesta vecinal.

Al arrabal o barrio se le conocía como de Los Tejares, debido a los hornos que fabricaban tejas y ladrillos que había alrededor, en la zona de las calles Luchana, Santa Engracia y Sagasta. Éste fue el precedente del Ensanche de Madrid y que, después de Los Tejares, pasó a llamarse Chamberí, época en la que ya eran casas bajas. Pasó de ser un barrio pobre a uno de clase media.

Desde finales del siglo XIX, en el centro de la plaza había un mercado al aire libre, donde se vendía fruta, verdura y hortalizas. Debido a las condiciones sanitarias se construyó un recinto cerrado, con parte de la estructura de hierro que se utilizó en el antiguo Mercado de la Cebada, una vez que se echó abajo.

En 1931, el Ayuntamiento, republicano por aquel entonces, encargó a Francisco Javier Ferrero construir un nuevo edificio para el mercado. Esta acción estaba dentro del Plan de Dotaciones, en la parte de Mercados (Plan General de Mercados). Con una estructura de hormigón y de estilo racionalista, el Mercado de Olavide quedó inaugurado en 1934. Era octogonal y tenía un techo escalonado hasta un patio central.

Según pasaba el tiempo, algunos puestos cerraron y se intentó buscar una solución. Sin embargo, el mercado se cerró en agosto de 1974, por orden municipal, siendo alcalde Miguel Ángel Lomas y no exento de polémica, pues muchos decían que se podía reutilizar, incluido el Colegio de Arquitectos de Madrid. El 2 de noviembre de 1974, el mercado fue demolido a través de una voladura controlada y se prometieron zonas verdes y un aparcamiento subterráneo. Todo ello quedó inaugurado en el 1977.

Se dice que uno de los motivos de echar abajo el mercado fue por la Galería de Alimentación de Fuencarral, cerca de la Plaza de Olavide, entre Fuencarral y Alburquerque, para favorecer los intereses privados.

En la actualidad, la Plaza de Olavide es un excelente lugar céntrico en el que disfrutar de sus numerosas terrazas, de los bares y restaurantes que la circundan y, sobre todo, para refugiarse del mundanal ruido.

CÓMO LLEGAR:

Metro: Iglesia (línea 1), Quevedo (línea 2) y Bilbao (líneas 1 y 4)

Autobús: 3, 16, 37, 40, 61, 147, 149

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