La Fuente de los Caños del Peral

Esta fuente, también conocida como el Lavadero de los Caños del Peral, se encontraba en lo que ahora es la Plaza de Isabel II o, como popularmente se conoce, la Plaza de Ópera. Aquí llegaban corrientes subterráneas de agua y el arroyo del Arenal, de ahí la construcción de canalizaciones y fuentes. Cuenta la leyenda que se llama así porque había un peral que daba sombra a la zona desde 1263.

La fuente ocupaba el final de la calle Arenal, donde había un desnivel entre ésta, que era un barranco, y el Alcázar (donde se encuentra actualmente el Palacio Real). La proximidad al arroyo del Arenal hacía que hubiera riadas de barro, lo que anegaba los caños de la fuente. Así pues, se construyeron muros que lo evitaran, creando la Plazuela de los Caños del Peral.

Realmente la fuente era parte de un conjunto, formado por el acueducto de Amaniel, el cual llevaba el agua hasta el Palacio Real, desde el siglo XVII hasta su destrucción, y la canalización del Arroyo Arenal. Esto confirma el dicho de «Madrid, sobre aguas edificada». La fuente constaba de una pila grande rectangular de 34 metros de largo, construida a base de sillares almohadillados de granito, siguiendo el estilo renacentista. Lo completaban siete chorros de agua que caían en una pila más pequeña, una para cada chorro.

En aquella época no había agua corriente aún, por lo que se dependía de las fuentes públicas. La que nos ocupa, se llenaba del agua del manantial cercano al arroyo del Arenal y daba servicio a los madrileños gracias a los aguadores, gremio importantísimo en la villa en aquella época. Con un burro, llevaban los cántaros y daban agua en vaso a quien se lo pidiera. En origen, en la zona de la fuente, había baños árabes, que se echaron abajo para construir la fuente (una de las primeras de Madrid).

En el siglo XVII, se remodeló y se hizo más grande, pues pasó de siete caños con sus pilas a cincuenta y siete, que incluía lavaderos. Se debía alquilar al Ayuntamiento si se quería usar. En 1663 vendió la zona de lavadero porque le suponía mucho perjuicio el arrendamiento. Junto al lavadero estaba el último corral de comedias de Madrid.

La fuente estuvo en pie entre los siglos XV y XIX, quedando enterrada cuando se rellenó la zona para construir la Plaza de Oriente, el Teatro Real y la Plaza de Isabel II. Es importante el detalle de que no se moviera de sitio o se tirara abajo, simplemente la sepultaron.

En la Plaza de Isabel II podemos ver un monolito en honor a la fuente y en el suelo hay una línea de bronce, que traza la ubicación y recorrido del muro que delimitaba la fuente. No está prácticamente adornada y en la parte de atrás podemos ver la inscripción que explica el origen de la fuente y el descubrimiento. Dentro de la estación de ópera encontramos un museo con los restos de la fuente, así como la consiguiente explicación, ciertamente fascinante.

UBICACIÓN:

Plaza de Isabel II

CÓMO LLEGAR:

Metro: Ópera (líneas 2, 5 y Ramal Ópera-Príncipe Pío)

Autobús: 25, 39, 75, 133, 146, 147, 148

HORARIO:

El museo se encuentra dentro de la estación de ópera. Abre de viernes a domingo de 11h a 13h y de 17h a 19h. Entrada gratuita.

 

Un comentario Agrega el tuyo

  1. jbma85 dice:

    Al museo se accede en la estación de Ópera y es una maravilla.

    Me gusta

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