Se trata de uno de los comercios centenarios de Madrid y ha sido de obligado paso a lo largo de los años. Es el más antiguo de los cafés de la ciudad.
A finales del siglo XIX, la Condesa de la Romera era la propietaria del local donde está el café, en el que ya había uno. En 1887 se lo vendió a Antonio Gómez Fernández, quien lo refundó el 21 de marzo de 1887 como Gran Café Comercial. En 1906, el nuevo dueño era Narciso Pérez de Muniain. Tres años después, el establecimiento cambió a las manos de Arturo Contreras y, hoy día, ya es la cuarta generación de la familia quien lo regenta. Fue el que quitó la palabra «Gran» al nombre, quedando como Café Comercial.
Desde siempre, ha sido lugar de tertulias, debido al kiosco de prensa que, desde 1894, había al lado y de un club de ajedrez, que aún hoy continúa. En un rincón de la parte de abajo, se juntaban un grupo de pilotos retirados del ejército republicano de la Guerra Civil. Durante la segunda mitad del siglo XX, se hizo famoso el chocolate con churros y picatostes, que ha llegado hasta nuestros días. Fue de los primeros establecimientos en contratar mujeres. El local se apuntó a la iniciativa del «café pendiente» que consistía en dejar pagados cafés para los más desfavorecidos.
Como decimos, ha sido desde siempre lugar de reuniones, algunas de ellas de gente importante o conocida, como pueden ser Antonio Machado, Ignacio Aldecoa, Jardiel Poncela, Blas de Otero, Celaya, Gloria Fuertes, Arturo Pérez-Reverte o Tierno Galván. Es muy posible que parte del libro La Colmena de Cela transcurriera en el Café Comercial.
El 23 de noviembre de 1887, un trágico suceso tuvo como escenario el café. Federico Calero, policía, quedó aquí con Epifanía, una joven modista. Tras una charla en una de las mesas, empezaron a discutir, porque Federico le reclamaba que le diera de vuelta una papeleta de empeño de un reloj y ella le dijo: «En cuestiones de intereses, lo que quieras, pero nada más». Enfadado, Calero sacó la pistola que llevaba y le disparó a la cabeza, rematándola por la espalda. Tan tranquilo, se volvió a sentar y esperó a que los guardias le detuvieran, a eso de las doce y media del mediodía. Epifanía moriría poco después en el Hospital de la Princesa. Al agresor se le sentenció a cadena perpetua en el juicio.
En 2015 cerró sin saber por qué, luego se sabría que era para una reforma, volviendo a abrir en 2017. Hay partes protegidas que han tenido que mantener. Actualmente, tiene dos cartas, una para el restaurante, en la parte de arriba, y otra para la barra. El lugar es una elección acertada para desayunar (el chocolate con churros por ejemplo) o brunch. Para comer, pues tiene muy buena carta, tanto de carne como pescado, sin perdernos los postres (como la torrija) o si queremos tomarnos un cóctel. De vez en cuando realizan eventos culturales.
Invitamos a que os paséis a verlo y, por qué no, a tomar algo y que nos comentéis qué os parece.
UBICACIÓN:
Glorieta de Bilbao, 7
CÓMO LLEGAR:
Metro: Bilbao (líneas 1 y 4), Tribunal (líneas 1 y 10), San Bernardo (líneas 2 y 4) y Alonso Martínez (líneas 4, 5 y 10)
Autobús: 3, 21, 147, 149
HORARIO:
De lunes a viernes de 08.30 a 02.00
Sábado y domingo de 09.00 a 02.00
CONTACTO:
Teléfono: 91 088 25 25
Email: info@cafecomercialmadrid.com
Detallada descripcion del Gran Cafe, Laura. Precioso lugar al que me gustaria llevar a mi niño Ivan a desayunar chocolate con churros y….mas tarde a brindar con un anissette con la family!
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Y sería una gran opción Patri!
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Una parada obligada si visitas Madrid
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Efectivamente, no falla y con mucha historia
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