Ni los atentados son asunto reciente ni los días de boda se suponen infelices. Pues bien, aquí tenemos un ejemplo de que los atentados son antiguos y algunas bodas llevan adjunto algún sobresalto.
Hablaremos del intento de atentado a Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, por parte de Mateo Morral, el día de su boda. El susodicho era un anarquista español, que viajó por Francia, Bélgica, Inglaterra y Alemania, donde tomó contacto con el anarquismo. Al volver a España empezó a poner en práctica su ideario político.
Antes de llevar a cabo el intento de asesinato en Madrid, probó sin éxito lo mismo en París en 1905. Así pues, se vino aquí en 1906 para volver a intentarlo el día de la boda real, el 31 de mayo de 1906. Primero se alojó en una pensión de la calle Arenal y como vio que desde ahí no podía actuar, se cambió a una ubicada en la calle Mayor número 88 (ahora 84).
Cuando el séquito iba en ruta desde la Iglesia de los Jerónimos al Palacio Real y pasó por este punto de la calle Mayor, desde el tercer piso, Mateo Morral tiró una bomba casera de inversión o bomba Orsini, envuelta en un ramo de rosas. Por suerte, el artefacto choca con el tendido del tranvía y se desvió de su objetivo. Cayó en la multitud que allí había y fallecieron 25 personas, resultando heridas más de 100. Los reyes no sufrieron daño. Alfonso XIII cuenta que olió a ácido y había una gran humareda, además el vestido de novia estaba manchado de sangre, debido a los miembros descuartizados de la guardia real.
Entre tanto revuelo, consiguió escapar, pero el 2 de junio fue visto por la estación de Torrejón de Ardoz, donde estuvo comiendo mientras esperaba el tren a Barcelona. Llamaron al guardia jurado que había, Fructuoso Vega, que le pidió la documentación y le llevó al cuartelillo de Torrejón. A partir de aquí hay varias versiones, pero lo que está claro es que no actuó solo y era parte de un plan. Por ejemplo, enfrente de donde se tiró la bomba, había otro artefacto sin explotar.
Fuentes oficiales dicen que no opuso resistencia a la detención y cuando iba de camino al cuartelillo, asesinó al guarda y después se suicidó. Sin embargo, un estudio de las fotos hechas, dice que el orificio de la herida del asesino es imposible que esté ahí, tanto porque el disparo fue a quemarropa como por la pistola usada, que llevaba oculta.
Otro detalle muy escandaloso, fue que no se indagó a un hombre que ofreció diez mil pesetas a una señora, a cambio de que diera en mano el ramo con la bomba a Alfonso XIII, en vez de que lo tirara Mateo Morral. Además, el médico que inspeccionó el cuerpo del anarquista dijo que tenía calzoncillos blancos con rayas, pero en la autopsia que se le practicó en Madrid comentan que llevaba calzoncillos a cuadros azules y rojos.
El 3 de junio de 1907 se celebró juicio sin jurado popular y se condenó a José Nakens, periodista del semanario El Motín donde se refugió Mateo, y dos anarquistas más por haber ayudado a Morral a escapar. Otros cuatro fueron absueltos.
Durante la Guerra Civil, el Ayuntamiento cambió el nombre a la calle Mayor y le puso Mateo Morral. Durante el franquismo volvió a ser la calle Mayor. En conmemoración a lo ocurrido, en 1963 se colocó un monumento en dicha calle, enfrente de Casa Ciriaco (calle Mayor, 84). Es un ángel casi arrodillado de bronce, con un pergamino en las manos que dice Madrid 1906-1963. El edificio donde estuvo Mateo para tirar la bomba se mantiene tal cual.
UBICACIÓN:
Calle Mayor, 84
CÓMO LLEGAR:
Metro: Sol (líneas 1, 2 y 3) y Ópera (línea 2, 5 y Ramal Ópera-Príncipe Pío)
Autobús: 3 y 148