Las estatuas de reyes a caballo podemos verlas repartidas por Madrid. En este caso, hablaremos de la estatua de Felipe IV, situada en la Plaza de Oriente.
Data de 1640 y fue un regalo de Estado de los duques de Toscana. Fue también la escultura que reunió a la mayor cantidad de personalidades con talento, puesto que se inspiraron en los dibujos de Rubens, Velázquez y Juan Martínez Montañés y realizaron su modelado, escultura y fundido los escultores Pietro y Ferdinando Tacca. Por último, Galileo fue quien ideó la estatua.
Las patas y la cola del caballo es la parte más importante de la estatua. Ambas forman un triángulo de 1,60 metros de lado. La grupa se eleva a 2,10 metros. Camuflado en la cola, se esconde el soporte metálico adicional, que cumple la función de un contrafuerte. Tiene un peso total de más de 8 toneladas.
Los cuartos traseros del caballo son macizos, mientras que la panza y las manos están huecas por instrucción de Galileo, para lograr mantener el equilibrio.
Resultado de tanto esfuerzo, es la actual escultura, una de las más bonitas de Madrid y en uno de los mejores sitios.